A.O.T
A Otaku Tale
Escrito por:
Andrés Lechuga H.
Capítulo 9:
[Regreso a Nogales].
[Regreso a Nogales].
El silencio incómodo duró alrededor de un minuto, pero imaginen que
pasaron unos segundos, así leerán más rápido esta chingadera.
—¡¿En serio?! —preguntó Suzuke impactado.
Kei se le quedó viendo por unos segundos (ahora sí) con una sonrisa que
aparentaba ser un tanto falsa.
—Nah, no es cierto —rió—. ¡¿A qué te asustaste?!
—La verdad sí, pero estos son negocios serios, no vuelvas a jugar con
eso por favor... Así la neta.
—¡Bueno! —interrumpió El Ojo—. ¿Qué tal si tomamos un rato? Kagura fue
al Oxxo por cervezas.
—Oye... —dijo Suzuke—. Me está poniendo nervioso todo esto... —se le
acercó al Ojo, rodeo sus hombros con su brazo—. ¡¿A qué pinche Oxxo fue esa
vieja?! ¡Estamos en medio de la nada!
—Suzuke, no tienes porqué... —dijo el Ojo.
—¡En serio! —interrumpió—. ¿De dónde traen la comida y demás cosas para
sobrevivir? No creo que todo este en ese Oxxo al cual fue a comprar cerveza...
—Bien, cálmate Suzuke —lo alejó—. Vamos a sentarnos, y les explicaré a
ambos como la hacemos, ¿bien?
—Me parece perfecto... —dijo Suzuke.
—Mientras pistiemos, todo bien... —dijo Kei.
Los cuatro tomaron asiento y empezaron a beber y a charlar. Entonces
todo los llevo a la una de la mañana. Borrachos y sin mucha conexión con sus
sentidos fueron a dormir.
A la mañana siguiente, como a las diez, para no querer molestar más;
Suzuke y Kei empacaron y salieron del edificio del OjoRinnegan.
—¿Seguros que no quieren desayunar? —dijo Kagura.
—Sí, deben andar igual de crudos que yo... —dijo el Ojo—. O incluso
más... ¿Cuántos 48's se tomó cada quien? —se sobó la cabeza.
—Por favor, no hables de cerveza ahora... —dijo Suzuke—. No se te hará
bonito lo que puede pasar...
—¡Hahahaha, pinche Suzuke! Bueno, última oportunidad... ¿seguros que no
quieren desayunar?
—No, de verdad, ya fue mucha molestia, en serio... —sonrió Suzuke.
—Sí, ya hicieron mucho por nosotros... —sonrió Kei.
El OjoRinnegan y su asistente Kagura sonrieron también.
—Bien, Kei... Una, dos... ¡tres...!
—¡Muchas gracias por su hospitalidad y ayuda! —dijeron los dos al mismo
tiempo con una reverencia mamona tipo japonesa-anime.
—De nada... regresen cuando quieran —dijo el Ojo.
Pues, ni se esperen nada, estos dos personajes de relleno puede que ni
vuelvan a salir en toda la puta serie, así que ni se preocupen por ellos, no
los extrañen, ya tuvieron mucho tiempo en pantalla, ya, ya estuvo.
Suzuke y Kei dieron media vuelta y comenzaron a caminar rumbo a
Nogales.
Unos minutos pasaron, y cuando estuvieron suficientemente alejados del
gigantesco edificio del OjoRinnegan , Kei sugirió algo.
—Oye, Suzuke, ¿piensas lo mismo que yo?
—No Kei, estoy crudo. No puedo correr de aquí a Nogales, no ahora.
Mejor disfrutemos del paisaje Sonorense que tenemos frente a nosotros, como me
caerían bien unas vacaciones ahora mismo.
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Hermosillo! Porque seguro te carbonizaras por el pinche calor de horno después
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menos en el que está cerca de tu casa, en ese no).
Sí, ese fue un anuncio, de algo tenemos que tragar, en fin.
Continuemos.
La noche les cayó a nuestros héroes, pero no pensaban dormir en la
noche en ese desierto, así que con esfuerzo se mantenían en pie.
—Ya estamos cerca, Kei... Si no veo mal, esas de allá son las nalgas
del Mono Bichi —señaló.
—Haha... No mames, Suzuke. Te escuchaste bien homosexual.
—Sólo lo dije para hacer reír a la gente...
—¡¿Qué gente?! —exclamó extrañado—. Estamos nosotros dos nomás...
—¡Ah! Sí... jugaba, estamos sólo nosotros dos... —mirada sospechosa
hacia los lados—. De todas formas, hay que apresurarnos, tengo mucha hambre, y
cierto wey me echó a perder toda mi olla de mole... Como me caerían bien unos
taquitos así calientitos...
—¡Calla, me ruge la tripa! —exclamó Kei.
Una hora después llegaron a la ciudad; cada quien entró a su casa y
siguió con su interesantísima vida.
A la mañana siguiente Suzuke se levantó a eso de las nueve. Se duchó,
desayunó y fue a su habitación. Abrió las persianas y se quedó viendo al cielo
un rato.
—¿En dónde están esos frikis por gusto por el anime, manga, yaoi y todas
esas cosas...?
Entonces el ladrido del perro de Kei le hizo volver en sí.
Encendió el ordenador y vio que su amigo aun no se conectaba.
—Este Kei, no aguanta las desveladas.
Era jueves, así que Suzuke tenía por ver el capítulo de manga de Naruto
que salió el día anterior y un episodio de Naruto Shippuden que había salido
ese mismo día.
Una media hora pasó, y vio y leyó Naruto; fue cuando Kei le habló por
MSN.
—¡Oye! —escribió Kei.
—¿Qué pasa?
—Lo estuve pensando bien, y creo que debemos abandonar el proyecto.
—¿Eh, por qué quieres hacer eso?
—Nos está haciendo perder mucho tiempo, dejamos la locución de Radio
Pocky por estar ahí metidos con este proyecto. No está dando frutos, es un
árbol muerto... Suzuke.
(Es un árbol muerto. Es un árbol muerto. Es un árbol muerto).
(Imagínense un efecto de eco en la cabeza de Suzuke).
—¿Un árbol muerto, no? —se levantó de su silla y miró por la ventana de
nuevo.
Entonces volvió a sentarse frente a su computadora, Kei había mandado
algo más.
—Quizá dirás que conocimos un par de otakus en el camino que llevamos
recorrido en este proyecto, pero no son los suficientes. Ya nos dimos cuenta
que no hay otakus en la ciudad, somos muy pocos, casi nada, como para las
magnitudes de eventos que queremos hacer, es una pérdida de tiempo. Abandonemos
el proyecto, ¿sí?
Suzuke pensó en todo lo que quería ver en Nogales, era felicidad.
Convenciones, tiendas, eventos, todo un paraíso.
—No, no lo abandonemos... —escribió Suzuke sin emoción.
—Bien, en ese caso, abandono el proyecto.
¿Se terminaran peleando esta pareja de novios? ¿Te atreves a llamar al
número que pusimos en el capítulo? ¿Compraras el baratísimo paquete que A Otaku
Tale te ofrece? ¿Qué sucederá con el proyecto Otakus de Nogales Sonora?
Todas esas preguntas con respuesta (otras no) y más en el próximo
capítulo de... A Otaku Tale.
Próximo capítulo: Descuido.
(En serio llamen, es un número de verdad).
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