7 sept 2013

Apocalipsis en la Ciudad de los Nogales [ACN] -Capítulo 1-

Apocalipsis en la Ciudad de los Nogales
Escrito por:
Andrew Latuk

Capítulo I
Inicia el tercer enfrentamiento.

Ahí se encontraba él. Recostado sobre un sofá de cuero oscuro en la sala de estar de su casa.
Mirando la televisión abierta disgustado, ya que el cable se había ido hace ya unas horas.
Narraban como se preparaban los viacrucis públicos y misas especiales; y hablaban sobre que penitencias hacían los famosos en esta época. La primer semana de vacaciones de Semana Santa estaba por terminar.
—Que fastidio... —se dijo mientras se ventilaba con un abanico de mano—. ¡¿A quién le importa esto?! ¡Yo quiero ver el resto de mi película! —se retorció en el sillón.
Pero además de coberturas religiosas, otro acontecimiento estaba llamando la atención de los medios de comunicación desde hace un rato ya; algo que mantenía al mundo con los nervios de punta.
El máximo dictador, representante de Corea del Norte; Kim Jong-un, un tiempo atrás había amenazado a varios países con el inicio de la tercer guerra mundial. Comenzando por el
"Imperio del Mal", es decir, Estados Unidos. El líder Norcoreano así emprendería su guerra; pero así como fue tomado con terror, fue por igual blanco de burla de muchos, sobre todo en internet, cientos de miles de burlas hacia el asiático daban la vuelta al océano virtual cada minuto.
El chico se levantó con esfuerzo, bajó un poco el volumen de la televisión y se dirigió a su portátil que se encontraba sobre la mesa. En lo que esta encendía, de fondo de lugar, se escuchaba al presentador de noticias hablar sobre el actual tema de Corea del Norte.
—¡Norcorea supuestamente se prepara ya para iniciar con la batalla! El comunicado que verán a continuación fue distribuido por el departamento de Relaciones Exteriores de la Corea, este vídeo ya es viral en internet, escuchemos... —dijo el conductor del noticiario.
El material audiovisual mostraba como soldados marchaban por el centro de la capital Pyoyang. Retumbaban sonoramente las botas en el durísimo concreto. Aparecieron desde lejos varios tanques aterradores, algunos con misiles aparentemente bélicos, rodeado de ejércitos.
En el Palacio Máximo las cortinas dieron un paso atrás por el empuje de la mano del dirigente Kim, el cual asomado por el balcón saludo a todo su país con una sonrisa maléfica. Y entonces alzó la mano, ordenando silencio absoluto. Ni una diminuta respiración se digno a hablar.
Seguido de una risa, este comenzó a dialogar, el vídeo contenía subtítulos en coreano y en español a la vez.
본인은 3 세계 전쟁을 시작합니다! 그들은 모두가 고통을 것입니다 다음, 우리의 위협을 무시! 하지만 ... 폭력 단원은 미국이 먼저 것입니다! 북한은 이겼다! (¡Por la presente doy inicio a la tercer guerra mundial! ¡¡No hicieron caso a nuestra amenaza, entonces sufrirán todos!! Pero... ¡El imperio del mal, Estados Unidos será primero! ¡COREA DEL NORTE GANARÁ!) —exclamó el dictador.
—Basura... —dijo aquél chico al apagar la televisión—. Como si algo así realmente fuera a suceder. En lugar de ver estupideces así, miraré vídeos musicales de Thalisz Mente.
En lo que disfrutaba de la voz y melodía compuestas por la artista, una duda le vino a la mente al muchacho.
—¿Si el mundo comenzará a acabarse en verdad, qué podría hacer yo? —se preguntó—. Mi familia está fuera de la ciudad, mis amigos también; así que estoy completamente solo en la ciudad. No tengo novia, así que seguramente moriría solo bajo los escombros de esta casa, ¿así quedaré como un mejor fósil me supongo, no? Si dentro de muchos años, alguna forma de vida extraterrestre quiere analizar la tierra... ¡¿En qué estoy pensando?! —se golpeó la cabeza para entrar en razón—. Ya dije, es todo basura de la televisión, eso no puede pasar —rió—. Seguiré escuchando a Thalisz; y trataré de ya no hablar solo, hasta a mi me comienza a dar miedo.

Dos días después, seguido de un desayuno, una limpieza rápida y una ducha, el chico descansó escuchando música sobre el mismo sofá.
—El cable... ¡¿por qué no vuelve el maldito cable?! ¡Ya hablé a la compañía varias veces y no contestan! Si no regresa para hoy, iré mañana a quejarme y a exigir un rembolso, sí, eso haré...
Y sin espéralo jamás, un potente temblor sacudió aquella ciudad, de un agito lo tumbó al suelo dándole un doloroso golpe en la cabeza.
—¡Ah! ¡¿Qué demonios...?! —gritó sobándose.
Miró velozmente alrededor, aterrado e impactado.
—¡Esta temblando! —se dijo asustado.
Con dificultad de pie se puso y corrió bajo la mesa del comedor.
—Es la primera vez que tiembla en Nogales, no hay registro alguno sobre esto. Según dicen, los cerros nos protegen de esto y de tornados. ¿Que habrá pasado? Se ha de haber caído el gordo del Mois —se dijo riendo ligeramente.
El minuto más largo que había sentido hasta ahora pasó lentamente. Salió con miedo de la protección de la mesa, se dio cuenta de las gritas en paredes, del polvo que escupió el techo, de los adornos sobre muebles rotos, caídos, desacomodados.
Después del susto fue por el radio para informarse de alguna estación local, lo que acababa de suceder, confió en el 760 am del radio receptor.
—¡Flashazo informativo con Pablo Lechuga! —expuso el spot—. ¡Se reporta su servidor, Pablo Lechuga, con la noticia del momento! —se presentó—. Por los acontecimientos que han ocurrido recientemente en el planeta, se podría especular que el temblor que recién acaba de mover a Nogales no es natural, y que se le atribuye a algún misil nuclear que cayó cerca, proveniente claro, de Corea del Norte, esto ya ha pasado en varias partes del globo terráqueo, se recomienda no salir de casa y ahorrar víveres.
El blanco instantáneamente invadió la piel del muchacho.
—¿Qué... ha... dicho...?

[¡Corte informativo!] -Para tu supervivencia en el apocalipsis-.
Información clave publicada de último minuto:
Gran porcentaje de los cerros de Nogales se han deslavado debido al temblor, lo que causa bloqueo de vías de transito y peatonales, les recomendamos tomar las precauciones debidas, y esperar a las indicaciones protección civil.

—¡¿De verdad creen esa basura?! —lanzó el radio contra la pared—. ¡No es verdad! El mundo no se va acabar... ¡el mundo no va acabar...! —se agitó.
Y para alterar aun más, el teléfono sonó sorpresivamente haciéndolo saltar de un susto.
—Es sólo el teléfono... —rió nervioso—. No te asustes... —contestó sin mirar el número—. ¿Hola?
—¿Bueno...? ¿Eres tú Alexan? —se entrecortaba la voz.
—Sí, soy yo, Darío, ¿cómo estás? —reconoció la voz.
Había algo raro, de fondo se escuchaba mucho escándalo, gritos, pisadas y demás.
—No tan bien como tú, Alexis, dime, ¿sentiste el temblor? —preguntó.
—¿En Huatabampo también tembló...?  —se asombró.
—Y no sólo eso, ojalá hubieses visto el espectáculo visual que presenciamos todos acá.
—¿De qué hablas...? —se preocupó.
—Es difícil decir que pasó exactamente, pero...  Te explicaré así... Mi familia y yo estábamos afuera haciendo una carne asada, cuando una luz rara en el cielo llamó nuestra atención. Aun siendo de día, eso brilló mucho y expulsaba humo conforme avanzaba, y poco a poco fue cayendo a lo lejos, y vimos como una gigantesca explosión cubrió el cielo oscureciendo Huatabampo como si fuesen las doce de la madrugada... Seguido de eso tembló, y entonces todos entraron en pánico,  y por la ubicación, estamos seguros de que esa explosión fue a dar a Hermosillo.
—¡¿Hermosillo?! —repitió en voz alta—. ¿Estás seguro? —casi se va su voz.
—Cien por ciento seguro... Alexan —afirmó, desgraciadamente.
—Entiendo... —dijo sin ánimos—. Y... no creerás que... ¿esa luz... fue un...?
—¿Un misil...? —interrumpió—. Sí, estoy seguro —aseguró Darío—. También estuve mirando algo de noticias, y es verdad, Alexan... Es el final de todo...
Alexan soltó el teléfono, su llanto brotó, sus lagrimas rodearon el aparato. Vio pasar toda su vida por delante y los remordimientos llegaron.
—¿Qué hice de mi vida? Todo realmente acabó, moriré virgen, el último contacto que tuve con una chica fue con la empleada del Oxxo cuando fui a comprar botanas. Pase mis últimos días en un sofá de cuero —pensó—. Todo, todo, todo... Realmente... ¡Acabará el mundo! —gritó—. ¡Es verdad, Darío! — temblando levantó el teléfono—. Perdona... Aun no lo asimilo muy bien, sigo impactado.
—No te preocupes, yo igual... por dentro.
—Y... de todas formas, ¿sólo me hablaste para eso? Para decirme que es el final de todo, ¿te despedirás de mí, no?
—No es eso, es otra cosa que te quiero pedir.. —dijo frío—. Algo que, te deberé por siempre, y que te agradeceré cuando te vea...
—¿De qué hablas? —ya casi no tenía mucho volumen de voz.
—¿Recuerdas que te comenté que la familia de Karen se fue sin ella de vacaciones? —le recordó—. Lo que hace que este sola en casa con todo este desastre, puede que este asustada... Sin nadie a quien recurrir... —las lagrimas escaparon.
—Darío... Tú quieres que yo...
—¡Ve hasta su casa y cuida de ella, por favor! —rogó entre llanto.
—Pero...
—¡Es un favor de vida, te lo ruego, te lo pido, como amigo, como humano...! En lo que yo regreso a Nogales con mi familia... ¡Ve y cuida de ella, por favor!
Alexan temblando se puso de pie y se asomó por las ventanas, al menos en su calle no se veía desastre, pero a lo lejos, detrás de los cerros, varios cúmulos de humo negro llamaban la atención.
—¿En qué lío me está metiendo? —pensó—. Darío... ¿Sabes la magnitud de favor que me estas pidiendo? Sabiendo que todo acabó, a muchos ya no les importará nada. Habrá asesinatos, robos, violaciones, actos sexuales por todos lados, medidas de supervivencia de otros padres, novios, hermanos, amigos... Mis posibilidades de morir allá afuera... Son enormes...
Los recuerdos de la vida de Alexan volvieron a su mente y entonces se decidió sin mucho convencimiento.
—Haré que mi vida haya valido la pena... No moriré al menos sin haber intentado algo...
Tomó el teléfono y suspiró.
—¡Cuenta conmigo, Darío! ¡Yo iré a salvar a tu amada novia! —prometió con una falsa seguridad.
—¡Gracias, gracias en serio Alexan...! ¡Gracias! —exclamó con alegría.
Alexan colgó el teléfono y apreció su reflejo en vidrio de la ventana.
—Ahora... ¿por dónde empezar? Creo que tengo un bate de beisbol bajo mi cama... Eso, unos cuchillos y una mochila, con eso bastará me supongo, así podré defenderme. 
Entonces inició su preparación para salir al escenario apocalíptico que le esperaba, sin saber si regresaría con vida.

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